La Italia Fascista
Condiciones de Italia de posguerra.
Italia
había financiado la guerra sobre la base de la inflación, la lira se
devaluó en un 75% del valor que tenía para 1913; la reconversión resultó muy complicada,
la renta per cápita italiana era levemente superior a
los 300 dólares, en comparación con los Estados Unidos cuya renta era
cerca de 1.000 dólares (3 veces mayor que la italiana).
Los
gobiernos italianos de posguerra trataron de combatir la inflación
mediante una dura política fiscal, pero los gastos de
reconversión impidieron pagar esos nuevos impuestos; la producción y el
comercio quedaron muy afectados; por otra parte, la inflación y el desempleo
alcanzaron niveles preocupantes y las corrientes socialistas de esos
tiempos estimulaban el ejemplo de Lenin y los bolcheviques; el ambiente estaba
predispuesto a un cambio político que pudiera mejorar la situación y Benito
Mussolini no perdió esa oportunidad.
El fascismo a color
El ascenso del fascismo
En
1919 Italia era una monarquía constitucional, al mando de Vittorio Emmanuel
III, como fuerzas políticas principales encontramos al Partido Socialista
Italiano (PSI) encabezado por Giacinto Mennoti Serrati seguido por el opositor
Partido Popular Italiano (PPI) de Luigo Sturzo.
Debido
a las condiciones socioeconómicas y a los constantes desaciertos del gobierno, la Confederación General del Trabajo
(CGdL), la Liga Roja y la Confederación Católica Italiana del Trabajo,
promovieron movimientos de protesta por todo el país.
El 29 de octubre de
1922 se realizó la simbólica Marcha sobre Roma, la cual no encontró ninguna oposición
del ejército nacional, contenido por la indecisión del
rey Vittorio Emanuel III. Mussolini asumió el poder, organizó la
manifestación de la victoria, formó gobierno y obtuvo poderes dictatoriales temporales para
efectuar reformas; entre ellas una ley electoral que beneficiaba a los
ganadores (la Ley Acerbo), así en las elecciones de abril de 1924, el Partido Nacional
Fascista obtuvo 5 millones de votos de los 7 millones de votantes.
Este triunfo
fue criticado por los opositores, quienes denunciaron muchas irregularidades,
la voz más importante fue la del diputado socialista Giacomo Matteotti, quien
fue asesinado poco después de sus denuncias.
Desde el
punto de vista económico, el fascismo repudió tanto al
capitalismo liberal, por su ineficaz obsolescencia, como al socialismo
soviético, que eliminaba la propiedad privada de los
modos de producción, la economía de mercado y a la empresa privada.
Mussolini
ofreció, como una tercera vía para solucionar los graves desajustes económicos
de esos días: el corporativismo, el cual armonizaría los intereses del capital y
del trabajo y eliminaría la temida lucha de clases pregonada
por el marxismo. Esta tercera vía era sólo nominal, una mascarada, que ocultaba
el verdadero objetivo del fascismo: la instauración definitiva del
intervencionismo totalitario; en efecto, el Estado asumió en forma
progresiva el control de todos los aspectos de la economía, en ocasiones
directamente y en otras permitiendo actuar a intereses privados, bajo el control de
las corporaciones, reguladas y armonizadas por el Estado.
Según
palabras del Duce:
“El Fascismo es una gran movilización
de fuerzas materiales y morales. ¿Qué se propone? Lo decimos sin falsas
modestias: gobernar la nación. ¿De qué modo? Del modo necesario para asegurar
la grandeza moral y material del pueblo italiano. Hablemos francamente: no
importa el modo concretamente, no es antitético, sino más bien convergente con
el programa socialista, sobre todo con lo relacionado con la reorganización
técnica, administrativa y política de nuestro país. Nosotros agitamos los
valores tradicionales, que el socialismo omite o desprecia, pero, sobre todo,
el espíritu fascista rechaza todo lo que sea una hipoteca arbitraria sobre el
misterioso futuro”.
Benito Mussolini, 19 de
agosto de 1921 – Diario della Volontà
Aspectos políticos
Por
la ley del 24 de diciembre de 1925 todos los funcionarios debían prestar
un juramento de fidelidad al gobierno o serían destituidos.
Por
el decreto 2263 se cambió el cargo de “presidente del consejo” a “jefe de
gobierno, primer ministro y secretario de Estado”; quien era nombrado o
revocado solo por el rey y solo rendía cuentas ante él, mientras que el
resto del tren ejecutivo, eran responsables ante el rey o ante Mussolini.
El 31
de diciembre de ese mismo año se promulgó la ley de prensa, la cual declaró
ilegales a todos los periódicos que no estuviesen bajo la supervisión del
gobierno.
Ley
N° 100 promulgada en enero de 1926 atribuyó a Mussolini, en cuanto jefe de
gobierno, la "facultad de adoptar normas jurídicas sin aprobación
parlamentaria previa".
En
febrero de ese año, la ley n. 237 elimina la elección popular de los
gobiernos municipales ya que prescinde del ordenamiento municipal el consejo
comunal y el alcalde, quien es sustituido por el podestà, quien ejerce las
funciones del alcalde, de la junta de regidores y del consejo comunal y es nombrado
con decreto real por el poder ejecutivo; con esto se.
6
de noviembre de 1926 Mussolini dispuso el confinamiento de
cualquier persona considerada como una "amenaza para el orden estatal o el
orden público” en pequeñas islas en el Mar Mediterráneo o en las aldeas
más remotas, principalmente en el sur de Italia.
Política exterior.
Discursos de Mussolini subtitulados al
español parte 2
Consecuente con la idea de recuperar el sitio histórico del imperio romano, Mussolini se lanzó a la expansión "ultramarina". Intervino en Libia (1922-1933), Etiopía (1935-1936), Albania (1939), en la Guerra Civil Española y en la II Guerra Mundial (1940-1945) al lado de Hitler. La derrota militar provocó la caída del régimen.
Política exterior.
Consecuente con la idea de recuperar el sitio histórico del imperio romano, Mussolini se lanzó a la expansión "ultramarina". Intervino en Libia (1922-1933), Etiopía (1935-1936), Albania (1939), en la Guerra Civil Española y en la II Guerra Mundial (1940-1945) al lado de Hitler. La derrota militar provocó la caída del régimen.
La guerra de Abisinia
1935-1936 además de vengar la derrota italiana en Adua, en marzo de 1896, sirvió para combatir el desempleo, reanimar
la industria y halagar el orgullo nacional pero también para iniciar una economía de guerra; la
Sociedad de Naciones decidió penalizar a Italia con sanciones económicas por
invadir y conquistar a una nación neutral y esto a su vez, produjo un
acercamiento con la Alemania nazi y se firmó el Pacto del Eje Roma-Berlín en
1936, un antecedente de la futura Segunda Guerra Mundial 1939-1945.
Aspectos económicos
Entre
1926 y 1927 se crearon una serie de disposiciones de la legislación laboral,
como Ley Rocco que sirvió para
suprimir los partidos y organizaciones sindicales; la
Carta del Lavoro (Fuero del Trabajo) del 21 de
abril de 1927, mediante la cual se estableció el
arbitraje obligatorio y la prohibición de las huelgas. La
administración de los asuntos sociales se confiaba a
los organismos sindicales de obreros y patrones, electos con la aprobación
del Ministerio del Trabajo, y los secretarios de uniones
provinciales y federaciones eran nombrados por el presidente de las
Confederaciones de Sindicatos Fascistas, el cual, a su vez, era nombrado por el
gobierno; aquí encontramos la causa por la cual el movimiento sindical
no defendió los intereses de los trabajadores en 1930, cuando
sus salarios reales cayeron a un 20% de los que recibían en 1913.
El
10 de noviembre, en Roma, se estableció el Consejo de Corporaciones,
el cual reunía las asociaciones obreros y patronos, pero su
función era sólo consultiva, sin poder de
decisión, lo cual concentraba más el poder
en manos del Estado y el 19 de enero de 1939, la Cámara de los
Fascios de las Corporaciones sustituyó al Parlamento nacional.
Durante
el gobierno fascista muchos de los programas económicos eran denominados con
términos bélicos: la batalla del trigo, la batalla de la lira y la batalla de
los nacimientos.
La
batalla de trigo
se inició en 1925 con el fin de lograr un autoabastecimiento y eliminar las
importaciones que acarreaban la correspondiente pérdida de divisas; en
cinco años la producción de trigo subió de 46 a 65 millones de quintales,
pero en detrimento de los cultivos hortícolas y, en el sur, de los
gastos para la ganadería.
Como
parte de esta "batalla" encontramos la desecación de los pantanos pontinos;
cerca de 5 millones de hectáreas infestadas por la malaria desde la época
imperial romana. Se construyeron las ciudades: Latina y Sabaudia,
Pomenzia, Aprilia y Pontinia, pero solo la décima parte tuvo un aumento
significativo tanto en producción de trigo como en el número de los
pobladores de la zona.
Istituto
Luce - architettura fascista - Sabaudia e Pontina
La
batalla de la lira, anunciada
con gran pompa en el discurso de Pesaro en agosto de 1926, consistió en detener
la depreciación constante de la moneda causada por las importaciones de
materias primas y cereales. Mussolini pensaba que una moneda fuerte era
más representativa de la grandeza del fascismo que la inflación controlada
aconsejada por los economistas. Inició una rigurosa política de deflación y con
la ayuda de préstamos de la Banca Morgan. En 1927, se produjo una recuperación
de la moneda, sin embargo, la lira revaluada frenó las exportaciones al
subir los precios de los productos italianos en el exterior y
llevó a la quiebra de empresas.
Mussolini hizo
un punto de honor estabilizar la lira en la quota novanta (92,46 liras por
una libra inglesa) cuando los industriales italianos aconsejaban un cambio de
125 liras por libra, esto se tradujo en un retroceso de casi 4% en
la producción industrial.
La batalla
de los nacimientos, tuvo
su origen en los deseos de Mussolini de una Italia bien poblada, los hombres
constituían un capital humano que podía reemplazar las insuficientes
inversiones de capital dinero, además hacía énfasis en el lugar de la mujer
dentro de la familia y como guardiana de sus valores; fue financiada con un
impuesto a los solteros y se edificaron centenares de casas cuna y maternidades
para beneficio de las familias numerosas; como consecuencia, la población
aumentó: de 37,9 millones en 1921 a 44,9 en 1940 y, en 1926, se prohibió
la emigración.
La
crisis mundial de los años treinta también afectó la
economía fascista; la producción industrial con un
índice 1929= 100 cayó a 66 en 1932; el comercio internacional bajó de
21.000 millones de liras a 9.000 millones; el número de obreros
parados superó a 1 millón para 1932.
Todo
esto condujo a una autarquía que reforzó el control del Estado sobre la economía;
un riguroso control de cambios, un proteccionismo severo y acuerdos de clearing
o trueques con Alemania y Rumania sin tener que usar divisas: no hubo ni
nacionalización ni socialización y, en el marco del corporativismo, se creó el
Instituto para la Reconstrucción Industrial (IRI) para ayudar a las empresas
con problemas.
El
IRI salvó a muchas víctimas de la gran depresión; además de las industrias controladas por
este instituto. El gobierno poseía una parte proporcionalmente mayor de la industria
que cualquier otro Estado europeo, con la excepción de la Unión
Soviética; así se facilitó el establecimiento de los trusts y
se limitó la competencia dentro del país, ya que no había,
prácticamente, competencia extranjera.
El
Estado fascista tomó disposiciones para salvaguardar los salarios, el
descanso semanal, las vacaciones anuales, la asistencia y el seguro social, los
derechos de trabajadores enfermos o despedidos, no obstante, el punto más
dudoso de la política social fascista era el del empleo del desempleo. El
control del Estado fue reforzado en 1933 mediante la tarjeta de trabajo
obligatoria (libretto di lavoro), la cual era una especie de pasaporte interno
para limitar la libertad de desplazamiento de los trabajadores, evitar que
abandonasen el campo y fueran a buscar trabajo en las ya saturadas ciudades
industriales.
La
banca también fue sometida al control gubernamental. A medida que el sistema
industrial y bancario de Italia se hundía bajo el peso de la depresión y la
reglamentación el gobierno estableció programas de obras públicas y tomó el
control sobre decisiones de construcción y ampliación de fábricas. En 1931 se
creó en el Istituto Mobiliare para controlar el crédito, y más tarde el IRI
adquirió todas las acciones en poder de los bancos de empresas industriales,
agrícolas e inmobiliarias.
Aspectos sociales.
La educación fue muy importante dentro de los planes de adoctrinamiento
de niños y jóvenes y se constituyó en uno de los puntales del Estado, los
maestros se convirtieron en sus voceros y los libros estaban orientados tanto a
resaltar los valores del régimen como del Duce: los niños pequeños, a partir de
los 4 años, asistían a los Hijos de la loba, luego, a los 8, pasaban formar parte de los Balilla y posteriormente a los 14 se
concentraban en los Avanguardisti
hasta los 18, cuando pasaban a ser parte de las Juventudes fascistas.
Toda la vida
intelectual fue puesta al servicio del régimen. Se crearon organismos como el
de la Academia de Italia, para orientar la cultura. Entre los exponentes de
estos movimientos culturales podemos destacar a Filippo Marinetti, creador del
futurismo, quien se convirtió en el poeta oficial del régimen.
Otro elemento
del que se valió el fascismo, fue la propaganda, el cine fue utilizado para
llevar a la masa la imagen grandiosa del régimen y exaltar la figura del Duce.
En 1937 se fundaron los estudios de Cinecittà en Roma.
En 1925 se
estableció L’Opera Nazionale Dopolavoro para dar una orientación al tiempo de
ocio; se dedicaban a la educación física, el deporte, la formación artística o
el turismo.
La disidencia era
vista como traición por lo que se creó una policía política, la OVRA
(organización de vigilancia y represión del antifascismo), para perseguir y
atemorizar a cualquier tipo de opositor
Relaciones con la Iglesia católica
El régimen de
Mussolini solucionó la llamada Cuestión romana por medio de los Pactos de Letrán en 1929, en virtud de los cuales el estado del
Vaticano alcanzó el reconocimiento de la soberanía, logró que el catolicismo
fuese considerado la religión oficial del Estado y, en materia educativa, se implantó la enseñanza obligatoria de la
materia de religión tanto en Primaria como en Secundaria.
En relación al
aspecto de la xenofobia tan característico de este tipo de régimen, el fascismo
italiano fue más moderado, aunque se radicalizó a partir de 1938 con la publicación
del Manifesto della Razza y
posteriormente los decretos relacionados con la “cuestión judía”.
Como un ejemplo
del culto a la personalidad y la exaltación del régimen, tenemos el siguiente
texto
El catecismo fascista.
P ¿Cuál es el
significado del nombre Duce?
R. Duce viene del latín dux que deriva de duco y significa «el que conduce».
R. Duce viene del latín dux que deriva de duco y significa «el que conduce».
P ¿Quién es el
Duce?
R. El Duce,
Benito Mussolini, es el creador del fascismo, el renovador de la sociedad
civil, el jefe del pueblo italiano, el fundador del imperio.
P ¿Por qué el
Duce es el creador del Fascismo?
R. Porque fundó
el Fascio de Combate y porque se debe a él la Revolución Fascista y la doctrina
del fascismo.
P ¿Qué quiere el
Duce para el pueblo italiano?
R. Quiere
mejorarlo moralmente y materialmente, garantizándole el máximo de trabajo y
bienestar; y quiere que a través de la educación y la organización política,
sindical, deportiva y moral del fascismo, seamos siempre conscientes de sus
fines y su misión en el mundo.
P ¿Cuál es la
diferencia entre el Duce y los jefes de gobierno liberales y demócratas?
R. En el régimen liberal y democrático, el jefe del gobierno es el exponente de los intereses de un partido y está sujeto al beneplácito del Parlamento, que puede ocasionar su caída; por el contrario, el Duce representa, como jefe del Gobierno, a la nación entera, que está a sus órdenes en la disciplina fascista y en la de la Patria.
R. En el régimen liberal y democrático, el jefe del gobierno es el exponente de los intereses de un partido y está sujeto al beneplácito del Parlamento, que puede ocasionar su caída; por el contrario, el Duce representa, como jefe del Gobierno, a la nación entera, que está a sus órdenes en la disciplina fascista y en la de la Patria.
P ¿Cuáles son
las atribuciones del Duce?
R. El Duce es
presidente del Gran Consejo del Fascismo, jefe del Gobierno, jefe del PNF,
Primer Mariscal del Imperio, Comandante general de la Milicia Voluntaria para
la Seguridad Nacional.P ¿Por qué el Duce es el fundador del Imperio?
R. Porque conduce y vence, contra una coalición de 52 Estados, la más grande guerra colonial de la historia, guerra para aumentar el prestigio, la grandeza y la vida de la Patria fascista. A través de esta guerra y la conquista de Etiopía, Italia ha tenido su Imperio.”
El catecismo fascista, Il primo libro del fascista. Roma PNF. 1938.
(tomado de http://www.claseshistoria.com/fascismos/%2Bcatecismofascista.htm)
Para finalizar esta primera parte, es interesante conocer un poco más la figura del Duce.
Algunas recomendaciones
para saber más:
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