A fines de la edad media encontramos la comunidad rural aldeana,
cuyas variedades se llamaban "manor" en Inglaterra, "masía"
en Cataluña, "seigneurie" en Francia y "grundherrschaft" en
Alemania.
Estas eran unidades
socio-económicas cerradas y tradicionalistas, cuyo objetivo era el
abastecimiento y la autosuficiencia a un nivel puramente consuntivo; sin
producir excedentes, casi sin cambios con el mundo exterior ni circulación
monetaria; los habitantes de esas comunidades contaban con sólo dos factores de
producción: tierra y trabajo; con ellos se ingeniaron para satisfacer sus
necesidades mediante una meticulosa organización y distribución de sus
precarios recursos agrícolas.
La agricultura en estas
comunidades, como lo indica su denominación, era una explotación cooperativa o
colectiva de múltiples y estrechas parcelas cultivadas a campo abierto (sin
cercados u "open-field") bajo el sistema de dos o de tres hojas, lo
cual frenaba cualquier desarrollo posible.
Para cambiar esos impedimentos de los ya
obsoletos regímenes de propiedad y tenencia de la tierra, se adoptaron
distintas transformaciones según los diferentes países: en Inglaterra: los
cercamientos para constituir grandes propiedades, o sea, el "Enclosure
Movement"; en Francia: los minifundios; en Alemania se dio una
combinación: los tres regímenes alemanes; y en Rusia: el tardío mir,
consecuencia del Edicto de Emancipación de 1881 decretado por Alejandro II.
Los
cercamientos ingleses.
Inglaterra fue el primer país donde
comenzaron a eliminarse las comunidades rurales aldeanas por su obsolescencia,
desde épocas tan tempranas como el siglo XVI, cuando se inició el primer
cercamiento de tierras comunes (Enclosure Movement). En este
momento el aumento en el precio de la lana era muy superior al de trigo, por lo
cual los propietarios de las tierras trataron de sustituir los cultivos de
trigo por la cría de ganado lanar en las tierras y bosques comunales en donde
se complementaba la supervivencia del campesinado, el cual quedó arruinado y
tuvo que desalojar la comunidad.
Este proceso se completó en el siglo XVIII,
entre 1730 y 1845, cuando apoyados por el Parlamento, los propietarios
recuperaron la libre disposición de sus tierras y los campesinos, de acuerdo
con sus derechos, eran indemnizados o simplemente despedidos, por la coacción
política de un Parlamento de terratenientes, sin tener que recurrir a la
violencia.
A partir de 1845 con la General Enclosure
Act, las decisiones sobre las peticiones de cercamiento no las atendería el
Parlamento (eran muy numerosas) sino tribunales especiales. Desde 1700
hasta 1845 se concentraron para una explotación individual (no colectiva o
comunitaria) más de la cuarta parte de todas las tierras agrícolas de
Inglaterra (cerca de casi 6 millones de hectáreas).
No se saben cuántos campesinos fueron
desplazados, pero lo cierto fue que la extinción del pequeño propietario rural
constituyó parte del precio que tuvo que pagar Inglaterra por el desarrollo
técnico industrial, y fue la única nación europea con un proletariado rural.
Los
minifundios franceses.
En Francia los cambios en los regímenes
de propiedad y tenencia de la tierra a fueron distintos, o mejor, opuestos a lo
sucedido en Inglaterra. En lugar de ser el señor el que desposeyó el
campesino, en Francia fue el campesino el que desposeyó al señor.
La emancipación de la agricultura medieval fue
más lenta en Francia que en Inglaterra, ya que la nobleza francesa no era una
nobleza rural sino de corte, no residían en sus propiedades sino en Versalles,
cerca del rey. Las tierras eran trabajadas por el campesinado para
entregar rentas o pagos en dinero a sus señores; quienes no se preocupaban por
el cultivo del suelo.
Los campesinos constituían el 90
por ciento de la población que cultivaban el 30 por ciento de la tierra en su
propio beneficio; los terratenientes tenían que vender sus tierras a los
únicos posibles compradores: a los campesinos.
Para 1789, vísperas de la Revolución
Francesa, se calcula que las dos quintas partes de la tierra agrícola ya
era propiedad del campesinado, pero sujeto a censos y tributos feudales
que representaba una pesada carga; las reivindicaciones solicitadas ante el
gobierno aumentaron y los rumores sobre presuntas represalias desembocaron en
un levantamiento campesino contra sus señores.
En la Asamblea de los Estados Generales
que se transformó en Asamblea Nacional Constituyente en la noche del 4 de
agosto de 1789, los nobles renunciaron a sus privilegios y derechos sobre la
tierra, el clero a sus diezmos y los letrados a sus inmunidades.
La Revolución Francesa necesitaba el
apoyo del campesinado para consolidar su triunfo; en 1799 les confirió el
título de propiedad de la tierra sin ninguna indemnización; y esta solución fue
una de las reformas más duraderas de la Revolución, ya que esa distribución de
las tierras agrícolas creó en Francia el sistema de minifundios, que sería
confirmado, más tarde, tanto por el gobierno napoleónico como por la
Restauración.
Los tres regímenes alemanes.
La unificación política de Alemania fue tardía,
se realizó hacia 1870. Antes de ella la región constaba de 38 Estados
soberanos integrados en una confederación alemana (entre 1815 a 1866) compuesto
por cincos reinos: Prusia, Baviera, Wurttember, Sajonia y Hannover, cada uno de
ellos con una modalidad acorde con su propio origen feudal, su agricultura
adaptada a sus diversos sueldos y climas y sus diferentes reformas.
En líneas generales, puede aceptarse tres
regímenes agrarios distintos:
a) en el este, en Prusia y Macklenburgo, al
este del río Elba, el régimen agrario era parecido al inglés, la nobleza (los
junkers) cultivaban el suelo y lo administraban personalmente en grandes
propiedades con un campesinado servil, el cual como recompensa a su
contribución para rechazar la invasión napoleónica fue emancipado, en un largo
pero incruento proceso. La reforma agraria fue obra de dos grandes
estadistas L. von Stein cuyos edictos de 1807 y 1808 abolieron la servidumbre
y, posteriormente Karl A. von Hardenberg en 1811 y 1816 complementó la
emancipación, pero la burocracia simpatizaba con los "junkers", y
retardó el proceso hasta 1858.
b) En las provincias de Rhin, sometidas por
Napoleón, el feudalismo fue abolido en 1798 y los campesinos fueron declarados
propietarios de las tierras que ocupaban, sin tener que pagar indemnización
alguna, repitiendo, en líneas generales, lo sucedido en Francia, adoptando la
modalidad del minifundio francés.
c) En las regiones intermedias, entre los ríos
Elba y Rhin, se adoptó una solución que podemos llamar también
"intermedia", como en el reino de Westfalia, allí los
campesinos más ricos compraron tierras a los más pobres y el resultado fue de
fincas medianas, a mitad de camino entre los latifundios prusianos y los
minifundios renanos.
El
mir ruso.
El mir ruso puede calificarse como una
comunidad rural aldeana, pero su tardía aparición fue bien entrada la
Edad Moderna, cuando funcionarios del Estado, como una nueva nobleza
burocrática, recibieron tierras de los zares, y el permiso de adscribir a los
campesinos a esas tierras. Se creó así una comunidad de siervos
protocapitalista con una finalidad fiscal: recaudar impuestos para el
gobierno. La servidumbre se hizo cada vez más estricta degradando el
campesinado a los niveles más bajos en el mundo occidental.
Después de la derrota rusa en la Guerra de
Crimea (1853-56), que puso de manifiesto el atraso económico-social de Rusia, y
los desórdenes producidos por los siervos para mejorar sus condiciones de vida,
el Zar Alejandro II promulgó el 3 de marzo de 1861, la emancipación que
permitió a los campesinos la desvinculación jurídica de sus señores, previo
pago de las tierras y la redención de sus antiguas obligaciones feudales
esto afectó a más de 40 millones de campesinos.
Esta reforma agraria no funcionó: ni los
campesinos pudieron comprar sus tierras (a plazos por 49 años), ni los
terratenientes endeudados tenían capitales para dedicarlos a la explotación
agrícola y sólo algunos campesinos, (los kulajks) pudieron adquirir tierras.
Por otra parte, la abolición de la
servidumbre no significó un aumento de la productividad, necesaria para
satisfacer las demandas básicas de una población en crecimiento, más bien
incrementó la pobreza del campesinado y alentó el descontento social.
Prior Stolypin trató de fomentar la agricultura
capitalista individual, pero fue asesinado en 1911 por un revolucionario.
Poco tiempo después estalló la Primera Guerra Mundial 1914-1918 y el Imperio
ruso sufrió una nueva derrota que condujo a la Revolución de Octubre de 1917.
Consecuencias de la Revolución Agraria.
La principal consecuencia de la
Revolución Agraria fue su contribución al éxito de la Revolución
Industrial.
Hizo posible la alimentación de una población en
continuo crecimiento; la producción agropecuaria de alimentos tuvo un
mejoramiento tanto cuantitativo como cualitativo como nunca lo había disfrutado
la humanidad en toda su existencia; por primera vez, en la historia, las
hambrunas endémicas dejaron de acosar a las colectividades del mundo
occidental. Ese incremento de la población fue posible debido a una mejor
nutrición y los índices sanitarios más altos alcanzados hasta entonces; hubo
también un aumento del poder de comprar de la población campesina para poder
adquirir los artículos fabricados por las industrias urbanas y, finalmente, la
Revolución Agraria suministró una buena parte del capital requerido para
financiar la industrialización y mantenerla en marcha durante épocas difíciles,
como las guerras de los siglos XVIII y XIX.
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