miércoles, 7 de septiembre de 2016

Cambios en los regímenes de propiedad y de tenencia de la tierra.

   

A fines de la edad media encontramos la comunidad rural aldeana, cuyas variedades se llamaban "manor" en Inglaterra, "masía" en Cataluña, "seigneurie" en Francia y "grundherrschaft" en Alemania.

Estas eran unidades socio-económicas cerradas y tradicionalistas, cuyo objetivo era el abastecimiento y la autosuficiencia a un nivel puramente consuntivo; sin producir excedentes, casi sin cambios con el mundo exterior ni circulación monetaria; los habitantes de esas comunidades contaban con sólo dos factores de producción: tierra y trabajo; con ellos se ingeniaron para satisfacer sus necesidades mediante una meticulosa organización y distribución de sus precarios recursos agrícolas.

La agricultura en estas comunidades, como lo indica su denominación, era una explotación cooperativa o colectiva de múltiples y estrechas parcelas cultivadas a campo abierto (sin cercados u "open-field") bajo el sistema de dos o de tres hojas, lo cual frenaba cualquier desarrollo posible.  

Para cambiar esos impedimentos de los ya obsoletos regímenes de propiedad y tenencia de la tierra, se adoptaron distintas transformaciones según los diferentes países: en Inglaterra: los cercamientos para constituir grandes propiedades, o sea, el "Enclosure Movement"; en Francia: los minifundios; en Alemania se dio una combinación: los tres regímenes alemanes; y en Rusia: el tardío mir, consecuencia del Edicto de Emancipación de 1881 decretado por Alejandro II.

Los cercamientos ingleses.

Inglaterra fue el primer país donde comenzaron a eliminarse las comunidades rurales aldeanas por su obsolescencia, desde épocas tan tempranas como el siglo XVI, cuando se inició el primer cercamiento de tierras comunes (Enclosure Movement).  En  este momento el aumento en el precio de la lana era muy superior al de trigo, por lo cual los propietarios de las tierras trataron de sustituir los cultivos de trigo por la cría de ganado lanar en las tierras y bosques comunales en donde se complementaba la supervivencia del campesinado, el cual quedó arruinado y tuvo que desalojar la comunidad.

Este proceso se completó en el siglo XVIII, entre 1730 y 1845, cuando apoyados por el Parlamento, los propietarios recuperaron la libre disposición de sus tierras y los campesinos, de acuerdo con sus derechos, eran indemnizados o simplemente despedidos, por la coacción política de un Parlamento de terratenientes, sin tener que recurrir a la violencia.

A partir de 1845 con la General Enclosure Act, las decisiones sobre las peticiones de cercamiento no las atendería el Parlamento (eran muy numerosas) sino tribunales especiales.  Desde 1700 hasta 1845 se concentraron para una explotación individual (no colectiva o comunitaria) más de la cuarta parte de todas las tierras agrícolas de Inglaterra (cerca de casi 6 millones de hectáreas).

No se saben cuántos campesinos fueron desplazados, pero lo cierto fue que la extinción del pequeño propietario rural constituyó parte del precio que tuvo que pagar Inglaterra por el desarrollo técnico industrial, y fue la única nación europea con un proletariado rural. 

Los minifundios franceses.

En Francia los cambios en los regímenes de propiedad y tenencia de la tierra a fueron distintos, o mejor, opuestos a lo sucedido en Inglaterra.  En lugar de ser el señor el que desposeyó el campesino, en Francia fue el campesino el que desposeyó al señor.  

La emancipación de la agricultura medieval fue más lenta en Francia que en Inglaterra, ya que la nobleza francesa no era una nobleza rural sino de corte, no residían en sus propiedades sino en Versalles, cerca del rey.  Las tierras eran trabajadas por el campesinado para entregar rentas o pagos en dinero a sus señores; quienes no se preocupaban por el cultivo del suelo. 

Los  campesinos constituían el 90 por ciento de la población que cultivaban el 30 por ciento de la tierra en su propio beneficio; los  terratenientes tenían que vender sus tierras a los únicos posibles compradores: a los campesinos. 

Para 1789, vísperas de la Revolución Francesa, se calcula que las dos quintas partes de la tierra agrícola ya  era propiedad del campesinado, pero sujeto a censos y tributos feudales que representaba una pesada carga; las reivindicaciones solicitadas ante el gobierno aumentaron y los rumores sobre presuntas represalias desembocaron en un levantamiento campesino contra sus señores.

En la Asamblea de los Estados Generales que se transformó en Asamblea Nacional Constituyente en la noche del 4 de agosto de 1789, los nobles renunciaron a sus privilegios y derechos sobre la tierra, el clero a sus diezmos y los letrados a sus inmunidades.

La Revolución Francesa necesitaba el apoyo del campesinado para consolidar su triunfo; en 1799 les confirió el título de propiedad de la tierra sin ninguna indemnización; y esta solución fue una de las reformas más duraderas de la Revolución, ya que esa distribución de las tierras agrícolas creó en Francia el sistema de minifundios, que sería confirmado, más tarde, tanto por el gobierno napoleónico como por la Restauración.

Los   tres regímenes alemanes.

La unificación política de Alemania fue tardía,  se realizó hacia 1870. Antes de ella la región constaba de 38 Estados soberanos integrados en una confederación alemana (entre 1815 a 1866) compuesto por cincos reinos: Prusia, Baviera, Wurttember, Sajonia y Hannover, cada uno de ellos con una modalidad acorde con su propio origen feudal, su agricultura adaptada a sus diversos sueldos y climas y sus diferentes reformas.  

     En líneas generales, puede aceptarse tres regímenes agrarios distintos: 

    a) en el este, en Prusia y Macklenburgo, al este del río Elba, el régimen agrario era parecido al inglés, la nobleza (los junkers) cultivaban el suelo y lo administraban personalmente en grandes propiedades con un campesinado servil, el cual como recompensa a su contribución para rechazar la invasión napoleónica fue emancipado, en un largo pero incruento proceso.   La reforma agraria fue obra de dos grandes estadistas L. von Stein cuyos edictos de 1807 y 1808 abolieron la servidumbre y, posteriormente Karl A. von Hardenberg en 1811 y 1816 complementó la emancipación, pero la burocracia simpatizaba con los "junkers", y retardó el proceso hasta 1858.

    b) En las provincias de Rhin, sometidas por Napoleón, el feudalismo fue abolido en 1798 y los campesinos fueron declarados propietarios de las tierras que ocupaban, sin tener que pagar indemnización alguna, repitiendo, en líneas generales, lo sucedido en Francia, adoptando la modalidad del minifundio francés.

    c) En las regiones intermedias, entre los ríos Elba y Rhin, se adoptó una solución que podemos llamar también "intermedia", como en el reino de Westfalia, allí  los campesinos más ricos compraron tierras a los más pobres y el resultado fue de fincas medianas, a mitad de camino entre los latifundios prusianos y los minifundios renanos.

El mir ruso.

El mir  ruso puede calificarse como una comunidad rural aldeana, pero su tardía aparición fue  bien entrada la Edad Moderna, cuando funcionarios del Estado, como una nueva nobleza burocrática, recibieron tierras de los zares, y el permiso de adscribir a los campesinos  a esas tierras.  Se creó así una comunidad de siervos protocapitalista con una finalidad fiscal: recaudar impuestos para el gobierno.  La servidumbre se hizo cada vez más estricta degradando el campesinado a los niveles más bajos en el mundo occidental.

Después de la derrota rusa en la Guerra de Crimea (1853-56), que puso de manifiesto el atraso económico-social de Rusia, y los desórdenes producidos por los siervos para mejorar sus condiciones de vida, el Zar Alejandro II promulgó el 3 de marzo de 1861, la emancipación  que permitió a los campesinos la desvinculación jurídica de sus señores, previo pago de las tierras  y la redención de sus antiguas obligaciones feudales esto afectó a más de 40 millones de campesinos.

Esta reforma agraria no funcionó: ni los campesinos pudieron comprar sus tierras (a plazos por 49 años), ni los terratenientes endeudados tenían capitales para dedicarlos a la explotación agrícola y sólo algunos campesinos, (los kulajks) pudieron adquirir tierras.

Por otra parte, la abolición de la servidumbre no  significó un aumento de la productividad, necesaria para satisfacer las demandas básicas de una población en crecimiento, más bien  incrementó la pobreza del campesinado y alentó el descontento social.

    Prior Stolypin trató de fomentar la agricultura capitalista individual, pero fue asesinado en 1911 por un revolucionario.  Poco tiempo después estalló la Primera Guerra Mundial 1914-1918 y el Imperio ruso sufrió una nueva derrota que condujo a la Revolución de Octubre de 1917.
     
Consecuencias de la Revolución Agraria.

 La principal consecuencia de la Revolución Agraria fue su contribución al éxito de la Revolución Industrial.  
     
Hizo posible la alimentación de una población en continuo crecimiento; la producción agropecuaria de alimentos tuvo un mejoramiento tanto cuantitativo como cualitativo como nunca lo había disfrutado la humanidad en toda su existencia; por primera vez, en la historia, las hambrunas endémicas dejaron de acosar a las colectividades del mundo occidental. Ese incremento de la población fue posible debido a una mejor nutrición y los índices sanitarios más altos alcanzados hasta entonces; hubo también un aumento del poder de comprar de la población campesina para poder adquirir los artículos fabricados por las industrias urbanas y, finalmente, la Revolución Agraria suministró una buena parte del capital requerido para financiar la industrialización y mantenerla en marcha durante épocas difíciles, como las guerras de los siglos XVIII y XIX.


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