domingo, 4 de septiembre de 2016

La revolución Agraria. Las técnicas


Las transformaciones  que produjo la Revolución Agraria liquidaron las posibilidades de hambrunas endémicas en Europa y prepararon el camino para la Revolución Industrial.

Los cambios agropecuarios experimentados entre 1700 y 1900 fueron de tan radical importancia que los hacen merecedores del término "Revolución Agraria", según el criterio de la mayoría de los historiadores económicos.

Esa evolución está contenida en dos grupos de cambios: el primero, los cambios técnicos; y el segundo, los cambios en los regímenes de propiedad y de tenencia de la tierra.

La mayoría de los autores está de acuerdo con la importancia de los cambios agropecuarios en lo referente al aumento de la extensión cultivada, a las nuevas técnicas y organización que se tradujeron tanto en un aumento global de la producción como también de la productividad campesina, o sea del volumen de producción por unidad de trabajo.

Así que, para que la producción industrial aumentase, se requería de un aumento concomitante en la producción agropecuaria, tanto en los renglones alimenticios para satisfacer los requerimientos de un número cada vez mayor de obreros urbanos, como en los renglones de materias primas para abastecer a las industrias: así se aumentaba el consumo mediante un proceso de cambios entre estos diferentes factores.

No se niega, pues, la importancia de la Revolución Agraria, lo que sí está sujeto a controversias es el papel de la agricultura en el proceso de industrialización, o, en otros términos: ¿ hasta qué punto precedió (como causal) o reforzó (como parte integrante) o surgió (como consecuencia) del proceso de industrialización ?.

Las respuestas a estas preguntas son importantes si tenemos en cuenta que el camino al desarrollo económico pasa por la industrialización y debemos conocer cuál es el papel que juegan las actividades agropecuarias en el proceso. [1]

Veamos las distintas tesis al respecto:

     a) Los autores que consideran a la Revolución Agraria como causal (muy importante pero no única) son:

·  BAIROCH, Paul, Revolución Industrial y Subdesarrollo, Ed. Siglo XXI., México, 1967.
·   ROSTOW, W. W., Las Etapas del Crecimiento Económico, Ed. F. de C. E., México, 1961.
·   BARNES, Harry, Historia de la Economía del Mundo Occidental, Ed. UTEHA, México, 1955. El razonamiento es distinto: este autor considera a la Revolución Agraria como parte integrante de la Primera Revolución Comercial (siglos XVI y XVII) y sin ésta no podría existir la Revolución Industrial.

    b) Otros autores consideran que la Revolución Agraria es parte integrante de la Revolución Industrial y por lo tanto, es más exacto verla como un elemento muy importante de un mismo y único proceso; son autores mencionados a menudo en la cátedra:

· BIRNIE, Arthur, Historia Económica de Europa. 1760-1939. Ed. Luís Miracle, Barcelona, 1949.
· CLOUGH, Shepard, La Evolución Económica de la Civilización Occidental, Ed. Omega, Barcelona, 1962.
·   DEANE, Phyllis, La Primera Revolución Industrial, Ed. Península, Barcelona, 1968.
·  FÖHLEN, Claude, La Revolución Industrial, Ed. Vicens-Vives, Barcelona, 1978.
·   KEMP, Tom, la Revolución Industrial en la Europa del siglo XIX, Ed. Libros de Confrontación, Barcelona, 1974.
·  VÁZQUEZ DE PRADA, Valentín, Historia Económica Mundial, Ed. RIALP, Madrid, 1964, Tomo II.

     c) Los autores que, aún cuando se ocupan de la Revolución Agraria, afirman que ella no llega a tener el carácter "revolucionario" que le asigna la mayoría:

·  ASHTON, T. S., La Revolución Industrial, Breviario Nº 25 del F. de C. E., México,1950.
· BERGERON, Louis, "La revolución agrícola" en Inglaterra, en LEON, Pierre, Historia Económica y Social del Mundo, Ed. Encuentro, Madrid, 1980, Tomo III: "Inercias y Revoluciones 1730-1840, págs. 230 y sigts.
·   THOMPSON, Allan, La Dinámica de la Revolución Industrial, Ed. Oikos-Tau, Barcelona, 1976.

     d) Hay especialistas que ni siquiera la mencionan:

·  MORI, Giorgio, La Revolución Industrial (Economía y Sociedad en Gran Bretaña en la segunda mitad del siglo XVIII). Ed. Crítica, Barcelona, 1983.
·  PIETSCH, Max, La Revolución Industrial, Ed.. Herder, Barcelona, 1965, 2 tomos.
·  VIAL, Jean, Nacimiento y Desarrollo de la Revolución Industrial, Ed. EDAF, Madrid, 1976.

Por último, resulta también, difícil establecer una cronología para el arranque (turning point) de la Revolución Agraria; según Paul Bairoch, pueden anotarse  -tentativamente- estas fechas: para Gran Bretaña, 1690-1700; para Francia, 1750-60; para Estados Unidos 1760-70; para Alemania y Dinamarca, 1790-1800; para Austria, Italia y Suecia, 1820-30 y para España y Rusia 1860-70. 

   Cambios en las técnicas.

  
Los métodos más usados antes de la Revolución Agraria eran: 
a) el estercolado de la tierra
b) el barbecho
c) la rotación trienal de cultivos

a) El abonado de las tierras que utilizaba el estiércol del ganado daba buenos resultados, pero el problema estaba en  su escasa disponibilidad: si el ganado pastaba en espacios abiertos, su recolección era difícil, y, si estaba en espacios cerrados (establos) el problema pasaba a la falta de forrajes para la época de invierno. El campesino debía calcular cuantos animales podían sobrevivir hasta la próxima primavera y tenía que proceder a la matanza del excedente, que se aprovecharía como una reserva alimenticia bajo la forma de carne salada o ahumada, o embutidos.

El resultado final era la consecuente disminución de la cantidad de estiércol y por ende, la temida disminución de la fertilidad del suelo, lo que en aquellos tiempos de hambrunas endémicas, ponían en peligro la supervivencia de esas comunidades.

b) El segundo método era el barbecho, el cual consistía en dejar de cultivar la tierra para que esta descansará y recobrará fertilidad, esto se complementaba arándola dos o tres veces para limpiarla de malas hierbas y también para que se aireara y asoleara; todo esto significaba que las tierras en barbecho no tenían ninguna producción, las cosechas disminuían y los precios aumentaban.

c) El sistema de la rotación trienal de cultivo (o de las tres hojas) complementaba al barbecho, ya que sembrar repetidamente en un mismo terreno una misma especie vegetal agotaba la tierra; si se alternaban especies distintas que tomaran del suelo diferentes elementos, se evitaba o retardaba el temido agotamiento de ese bién primordial en la economía de entonces.

El sistema de rotación trienal de cultivos fue uno de los adelantos agrícolas más importantes de las comunidades rurales aldeanas de fines del Medioevo.

Arthur Birnie nos la visualiza así: (2)




Parcela "A"
Parcela "B"
Parcela "C"
1er. Año
trigo
cebada o avena
barbecho
2do. Año
cebada o avena
barbecho
trigo
3er. año
barbecho
trigo
cebada o avena

En síntesis: la primera etapa de la Revolución Agraria consistió en quebrar el "cuello de botella" que significaba la pobre fertilidad del suelo, suprimiendo el barbecho y rotando el cultivo de cereales con plantas destinadas a la alimentación invernal del ganado.

Principales  Innovaciones de la revolución Agrícola en Inglaterra
     
  
Principales innovadores 
Cambios en las técnicas 
Lord Charles de Townshend, (1674-1738)
Eliminó el improductivo barbecho al alternar el cultivo de cereales con otras plantas que no agotaran la tierra  que sirvieran como forrajeras de invierno para evitar las matanzas de fines del otoño el éxito logrado en el mejoramiento de sus cosechas fue de más de 30 por ciento anual.
Sir Thomas Coke de Holkham (1752-1842)
Popularizó ese procedimiento que tituló "sistema Nolfork", que en síntesis es una rotación cuatrienal de cultivos, suprimiendo el barbecho
Jethro Tull (1674-1740)
Reemplazó la siembra a voleo por la siembra en hileras; para limpiar las malas hierbas, remover la tierra cerca de las raíces, facilitar la irrigación y la recolección; Tull también inventó una sembradora y una cultivadora tiradas por caballos, basadas en artefactos similares que había visto en los viñedos franceses.
Robert Bakewell (1725-1795)
Se distinguió por sus logros agrícolas, pero, sobre todo por calidad de las razas de ganado vacuno y ovino los cuales había logrado mediante cruzamientos empíricos y estabulación para evitar sementales imprevistos.
Logró  una nueva raza de ovejas, la New Leicestershire, que producía más lana y más carne y consiguió que el peso promedio de las ovejas pasara de 14 a 40 kilogramos.  
Obtuvo éxito con el  ganado vacuno, la raza Dishley, cuyo peso promedio aumentó de 185 a cerca de 400 kilogramos.







Sistema Norfolk

Parcela "A"
Parcela "B"
Parcela "C"
Parcela "D"
1er. Año
trigo
trébol
cebada
nabo
2do. Año
nabo
trigo
trébol
cebada
3er. Año
cebada
nabo
trigo
trébol
4to. Año
trébol
cebada
nabo
trigo


Como se ve, este sistema permite utilizar de forma productiva la totalidad de la tierra cultivable.  Las rentas de origen agrario se duplicaron en 40 años, para quienes utilizaban el "sistema Norfolk", sin embargo su lenta difusión se debió a la mentalidad conservadora del campesinado.

 Características de la agricultura intensiva y extensiva

Siglo XVIII: la agricultura intensiva.

XIX agricultura extensiva
Mucha  mano de obra por unidad de tierra.
Poca mano de obra puede explotar grandes superficies y abarata los costos de producción.
Gradual  eliminación del barbecho y su substitución por la rotación cuatrienal de cultivos o sistema Nolfork.
Uso de toda la tierra cultivable.
Introducción de nuevas cosechas: trébol,  nabos, zanahorias y la remolacha azucarera.
Por  su importancia, hay que destacar el cultivo de la papa.
Mecanización de las actividades agropecuarias.
Mejora  en las herramientas agrícolas: el perfeccionamiento del arado con la invención del arado triangular de rotherham; la guadaña remplazó a la hoz, de menor tamaño; la sembradora de Tull remplazó a la siembra a voleo.
Adelantos químicos: el alemán, Justus von. Liebig (1803-1873) descubrió en 1840 que los vegetales están compuestos, básicamente, de fósforo, potasio, nitrógeno y agua. 
Ampliación de las tierras cultivables sobre todo gracias a la desecación de zonas pantanosas: los métodos de drenaje de Bligh y su perfeccionamiento por Smith de Deanston en 1820 con tejas cilíndricas de arcilla cocida.
Uso masivo de los llamados abonos comerciales como el guano del Perú (excrementos de pájaros marinos
Uso de las escorias de los hornos convertidores de Thomas y Gilchrist que reducían la pirita fosfórica de Lorena; los yacimientos de nitrato de Chile; la potasa de las minas de Stassfurth en Alemania.
Aumento  del empleo del caballo en sustitución del buey.
La mecanización del campo.
Sustitución  de la avena y la cebada en la alimentación humana por el trigo, más alimenticio .
Uso del drenaje para eliminar el exceso de agua del suelo. 
Divulgación  de los beneficios de la nueva agricultura por parte de los gobernantes como Jorge III de Inglaterra, María Antonieta en Francia, Catalina la grande en Rusia, y Washington y Jefferson en los Estados Unidos.
Necesidad de grandes capitales.



Innovaciones  en la agricultura extensiva del siglo XIX

 Principales innovadores 
Cambios en las  técnicas

Eli Whitney en 1793

Desmotadora  de algodón
Jethro Wood  1819
Utilizó  partes móviles para perfeccionar el arado.
John Deere en 1847
Mejoró el arado de forma que se limpiara solo, sin necesidad de que los productores detuvieran sus faenas.
James Oliver en 1870
Creo un arado que combinaba hierro y acero templado.
Cyrus McCormick y Obed Hussey en 1830
Inventaron la cosechadora  mecánica.
H. y J. Pitts en 1837
Crearon la trilladora-aventadora.
C. y W. Marsh en 1858
Mejoraron la cosechadora.
J. F. Appleby en 1878
Patentó la agavilladora o atadora.

     
Como consecuencia de la utilización de todas estas innovaciones se va a sextuplicar la productividad de los trabajadores; se calculaba que en 1830 el trabajo humano para la producción de una hectárea de trigo era de 185 horas/hombre y para 1880 bajó a 32 horas con el consiguiente abaratamiento del costo del cereal.

      El fabuloso rendimiento producido en y por la mecanización industrial, provocó en quienes trabajaban la tierra, la ilusión, muchas veces frustrada, que la mecanización agrícola produciría un rendimiento similar a la industrial, pero, la explotación capitalista de las actividades agro-pecuarias está sujeta a una serie de contingencias que no suceden en las actividades industriales, como por ejemplo las variaciones negativas de las condiciones climáticas que son imprevisibles e inevitables: las sequías, las inundaciones, las heladas, etc., aunadas a otras contingencias de tipo biológico como las enfermedades de las plantas y del ganado, las plagas, las epizootias, entre otros,  todos estos accidentes son totalmente extraños en las actividades industriales de las fábricas. El  proceso de germinación, crecimiento y maduración de cosechas es obra de la naturaleza y no puede ser remplazado por una máquina o un proceso tecnológico; en la industria, máquinas y procesos tecnológicos transforman totalmente las materias primas en productos elaborados, pero esto no puede hacerse en las actividades agropecuarias.


La gran contribución de las máquinas ha sido, en el campo, la de facilitar y economizar el trabajo requerido en esas actividades, lo cual resulta indispensable para el abastecimiento de una población en continuo crecimiento.
   




[1] .- Cfr. DEANE, Phyllis, op. cit., pág. 45.
[2] .- BIRNIE, Arthur, op. cit., pág. 27.


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