martes, 25 de octubre de 2016

Soluciones a la cuestión social 1

Posibles soluciones a la cuestión social.

Entre las posibles soluciones propuestas para intentar remediar la cuestión social podemos señalar, como algunas de las más importantes,  las siguientes: la intervención del Estado, la cual se llevó a cabo por medio de: leyes de beneficencia, leyes laborales y el seguro social.

Por otra parte, se inicia la organización del movimiento obrero, la  cual tomó dos vías, por una parte la vía profesional por medio del sindicalismo y por la otra, la política por medio del socialismo.

Además, existieron otras modalidades de menor importancia como el cooperativismo y algunas formas patronales como el solidarismo y la co-asociación.

La intervención del Estado.

El Estado mercantilista se había caracterizado por las excesivas regulaciones e intervenciones dentro de la vida económica, el liberalismo económico constituyó una reacción contra estas regulaciones.

por razones filantrópicas, sociales y políticas, inició su intervención a fin de mejorar las condiciones de vida de la clase trabajadora; dicha intervención fue apoyada por los conservadores, los terratenientes y por las diferentes corrientes socialistas.

El Estado, al asumir su responsabilidad, intervino de tres formas diferentes.

Leyes de beneficencia.



Estas leyes de ayuda pública se remontan al siglo XVI, antes de iniciarse la Revolución Industrial, cuando la Iglesia, que desde la Edad Media había mantenido su doctrina de la caridad cristiana y la limosna, fue el centro de distribución de dicha ayuda; más adelante, al formarse los Estados Nacionales, estos asumieron parte de este papel protector.

En Inglaterra, en el siglo XVI, se produjo la primera crisis económica debida a la inflación monetaria y al reemplazo de las actividades agrícolas por la cría de ovejas. El pauperismo consiguiente obligó a la Corona a promulgar, en 1601, la llamada Ley de Pobres o Estatuto de Isabel, mediante el cual el Estado se asociaba con la Iglesia en sus labores caritativas. Las autoridades locales eran las encargadas de ayudar a sus propios pobres de la siguiente forma: dando trabajo a los desocupados, limosnas a los enfermos e impedidos, colocando a los niños pobres como aprendices y enviando a los vagos a la cárcel.

Esta ley fue provechosa durante un tiempo, incluso sirvió de modelo a países como Francia; Holanda y Alemania, los cuales elaboraron leyes similares.

Más adelante, en 1662, se complementó con la Ley de Avecindamiento, la cual solo encerró al trabajador en su parroquia para poder recibir ayuda económica y lo privó de la libertad de buscar mejores oportunidades en otros lugares.

Sin embargo, los costos acarreados por estas leyes sobrepasaron la capacidad del Estado. En 1834 se promulgó la Enmienda a la Ley de Pobres, la cual transformó la asistencia parroquial en regional y nacional. 

Por esta nueva Ley se prohibían los auxilios a domicilio y en dinero a los indigentes que fuesen aptos para trabajar, éstos para obtener la ayuda, deberían ingresar a las casas de trabajo (work houses). Esta Ley fue duramente criticada porque favoreció el éxodo rural y dio una mayor cantidad de mano de obra a la industria, lo que deprimió los salarios, pues los obreros preferían cualquier tipo de trabajo o salario antes que ingresar a los asilos denominados Bastillas de los Pobres

Al final, estas leyes de ayuda a los pobres se vieron envueltas en un mar de instituciones burocráticas y perdieron su efectividad.

La Revolución de 1789 eliminó la ayuda religiosa y se limitó a abolir la pobreza por decreto sin crear un medio efectivo de ayuda a los necesitados.

Napoleón I, después de 1800, restableció las congregaciones religiosas que ayudaban a los indigentes, creó una organización municipal que contribuyó a darles socorro y reabrió los correccionales cerrados durante la época revolucionaria.
        
El caso de Alemania es similar, con el añadido de un valioso aporte, el sistema Elberfeld, como medio para organizar la ayuda. Por medio de éste, se garantizaba una cuidadosa investigación de las necesidades del peticionario, al mismo tiempo que el máximo de economía en el aparato administrativo, ya que los cargos de visitadores eran gratuitos y obligatorios. Este sistema fue copiado por otros países de Europa y América.

Es interesante señalar que estas leyes de beneficencia tuvieron un mayor desarrollo en los países protestantes, ya que en los países donde predominaba el catolicismo, la Iglesia constituyó un factor determinante de ayuda a los indigentes, pudiendo el Estado eludir esta responsabilidad. Estas leyes fueron perdiendo vigencia en la medida que el capitalismo reglamentario fue desarrollando un sistema efectivo de protección social.

Leyes laborales.



La denominada legislación laboral constituyó una de las primeras derrotas al liberalismo económico, se puede decir que fueron promulgadas por una extraña combinación de sentimientos humanitarios, rivalidades políticas e intereses económicos; más la presión ejercida por el creciente proletariado.

Los liberales se oponían a todo tipo de legislación. Se apoyaban en los escritos de Adam Smith, David Ricardo, Thomas Malthus y James Stuart Mill, para quienes la actividad económica debería regirse por un mercado libre sin ningún tipo de intervención estatal, sin embargo, poco a poco, se fueron aprobando un conjunto de leyes a fin de favorecer a los trabajadores.

La legislación laboral fue fragmentaria y poco sistemática, ya que quienes la propugnaban no eran teóricos o ideólogos, sino personas que querían encontrar una solución práctica e inmediata al problema social. Entre los dirigentes más conocidos podemos señalar: en Inglaterra a Robert Owen y el Conde de Shaftesbury; en Francia a Villeneuve-Bargemont y Napoleón III y, en Prusia, al general von Horn.

Las leyes laborales en  Europa continental fueron más generales y amplias que las inglesas; la preocupación fundamental fue la de regular el trabajo de los niños "aprendices"; y más tarde, con mayores objeciones, el de las mujeres; con respecto al trabajo de los hombres adultos, la legislación fue bastante pobre hasta vísperas de la Primera Guerra Mundial.
Transcribimos a continuación los cuadros elaborados por H.E. Friedlaender y J. Oser en su Historia económica de Europaresumen las principales leyes laborales durante nuestro período de estudio.

En Inglaterra.

1802.        Limita el trabajo de aprendices indigentes a 12 horas diarias sin trabajo nocturno. Incumplida.
1819 Prohíbe emplear niños menores de 9 años en las manufacturas de algodón: Jornadas de 12 horas para los niños de 9 a 16 años. Incumplida.
1833.        Prohíbe el trabajo de menores de 9 años en industrias textiles. Semana de 48 a 69 horas para menores de 18 años, sin trabajo nocturno. Primera inspección gubernativa de las fábricas. Pena por incumplimiento de la ley: 1 a 20 libras de multa.
1842.        Prohíbe el trabajo en las minas a menores de 10 años. Semana de 36 horas para niños de 10 a 13 años. Excluye de las minas a las mujeres.
1847.        Jornada de 10 horas para jóvenes y mujeres.
1862.        Preferencia al pago de salarios, dando prioridad a éstos en caso de quiebra.
1874.        Prohíbe el trabajo de niños menores de 10 años en las fábricas de tejido.
1901.        Eleva a 11 años la edad mínima de los niños  que trabajen en fábricas. Prohíbe trabajar en domingo a niños y mujeres.
1908.        Jornada de 8 horas para los mineros. Primera reglamentación del trabajo de adultos.
1909.        Faculta al gobierno a fijar salarios mínimos.

En Francia:

1813.        Prohíbe el trabajo de menores de 10 años en las minas. Incumplida.
1841.        Prohíbe el trabajo de menores de 8 años en fábricas de más de 20 trabajadores. Jornada de 8 a 12 horas para jóvenes hasta de 16 años. Prohíbe el trabajo nocturno a menores de 11 años. Incumplida.
1848.        Jornada de 10 horas para menores de 14 años. Incumplida.
1874.        Prohíbe el trabajo en las fábricas a menores de 12 años. Prohíbe el trabajo nocturno y los domingos. Primer sistema de inspección gubernativa.
1892.        Eleva la edad mínima para trabajar en las fábricas a 13 años, y extiende a las mujeres las disposiciones de la ley de 1874.         Limita a 11 horas diarias el trabajo de los adultos, si en la misma fábrica trabajan mujeres y niños.
1900.        Jornada de 10 horas para mujeres y niños y para los hombres si trabajan con mujeres y niños.
1905.        Jornada de 8 horas para los mineros.
1906.        Descanso dominical obligatorio para todos los trabajadores.
1910.        Prohibición de pagos de jornales en especie.

En Alemania, Austria y otros países la legislación laboral siguió el modelo francés. En los Estados Unidos, esta legislación tuvo su mayor avance hacia mediados del siglo XX, por lo que escapa a los límites cronológicos de este trabajo.

Para finalizar, merece la pena mencionar que tanto Alemania como Francia, en vísperas de la Primera Guerra Mundial, habían elaborado códigos de trabajo que sistematizaban las leyes vigentes.

Seguro Social.


Otro de los aspectos en los que se evidencia la intervención del Estado es en la creación del seguro social.

Esta protección podía obtenerse por medio de asociaciones voluntarias o por medio de la intervención del Estado.

La primera en desarrollarse fue la forma privada o voluntaria, la cual se basaba en las sociedades de socorros mutuos francesas, que tuvieron su origen en los gremios medievales. Más tarde, en Prusia, en el siglo XVI, aparecieron las "cajas" de los mineros.

Las asociaciones, en general, fueron inestables y, debido a las frecuentes quiebras, se generó una fuerte desconfianza, por lo que el Estado tuvo que intervenir.

Otto von Bismark
En Alemania, durante la época del Canciller Bismarck, se tomó la iniciativa en materia de seguro social. La idea de un régimen obligatorio de seguro social había sido sostenida por la Escuela Histórica de Economistas Alemanes representada, entre otros por Roscher, Wagner y Schmoller. Bismarck la hizo realidad mediante la promulgación de las leyes de seguro contra la enfermedad (1883); ley de seguro contra accidentes (1884), ley de seguro contra la incapacidad para el trabajo y vejez (1889).
En 1911 todas estas leyes se unificaron en el primer código de legislación social. El seguro del paro obrero fue promulgado en 1927.

El motivo principal de Bismarck era apartar a los obreros alemanes de las nacientes ideas socialistas, demostrándoles que el Estado podía ser un benefactor antes que un enemigo y que, al igual que los soldados, los obreros significaban una parte importante en el desarrollo de la sociedad y tenían derecho a la seguridad al terminar su trabajo.

En el caso de Inglaterra, el seguro social del Estado tenía el mismo aspecto fragmentario y poco sistemático que la legislación industrial. En 1908, casi 20 años después de iniciada su discusión, se aprobó un plan de pensiones para la vejez y, en 1911 se promulgó la ley del seguro contra enfermedad (Natural Insurance Act). Hasta la Primera Guerra Mundial, las sociedades privadas de socorros mutuos complementaron, con un relativo éxito, las actividades del Estado.

En Francia, en 1905 se iniciaron los subsidios del gobierno para el seguro voluntario; en 1908 se aprobó la primera ley de seguros por accidente; y  en 1910 se promulgó la ley de pensiones para la vejez.       


En Italia se tomaron, previsiones similares, sólo se excluyó la atención médica gratuita; hacia 1912 se promulgaron las leyes que establecían la nacionalización de los seguros de vida.

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