Posibles soluciones a la cuestión social.
Entre las posibles soluciones propuestas para intentar remediar la
cuestión social podemos señalar, como algunas de las más importantes, las siguientes: la intervención del Estado,
la cual se llevó a cabo por medio de: leyes de beneficencia, leyes laborales y
el seguro social.
Por otra parte, se inicia la organización del movimiento obrero, la cual tomó dos vías, por una parte la vía
profesional por medio del sindicalismo y por la otra, la política por medio del
socialismo.
Además, existieron otras modalidades de menor importancia como el
cooperativismo y algunas formas patronales como el solidarismo y la co-asociación.
La intervención del Estado.
El Estado mercantilista se había caracterizado por las excesivas
regulaciones e intervenciones dentro de la vida económica, el liberalismo
económico constituyó una reacción contra estas regulaciones.
por razones filantrópicas, sociales y políticas, inició su
intervención a fin de mejorar las condiciones de vida de la clase trabajadora;
dicha intervención fue apoyada por los conservadores, los terratenientes y por
las diferentes corrientes socialistas.
El Estado, al asumir su responsabilidad, intervino de tres formas
diferentes.
Leyes de beneficencia.
Estas leyes de ayuda pública se remontan al siglo XVI, antes de
iniciarse la Revolución Industrial, cuando la Iglesia, que desde la Edad Media
había mantenido su doctrina de la caridad cristiana y la limosna, fue el centro
de distribución de dicha ayuda; más adelante, al formarse los Estados
Nacionales, estos asumieron parte de este papel protector.
En Inglaterra, en el siglo XVI, se produjo la primera crisis económica
debida a la inflación monetaria y al reemplazo de las actividades agrícolas por
la cría de ovejas. El pauperismo consiguiente obligó a la Corona a promulgar,
en 1601, la llamada Ley de Pobres o Estatuto de Isabel, mediante el cual el
Estado se asociaba con la Iglesia en sus labores caritativas. Las autoridades
locales eran las encargadas de ayudar a sus propios pobres de la siguiente
forma: dando trabajo a los desocupados, limosnas a los enfermos e impedidos,
colocando a los niños pobres como aprendices y enviando a los vagos a la
cárcel.
Esta ley fue provechosa durante un tiempo, incluso sirvió de modelo a
países como Francia; Holanda y Alemania, los cuales elaboraron leyes similares.
Más adelante, en 1662, se complementó con la Ley de Avecindamiento, la
cual solo encerró al trabajador en su parroquia para poder recibir ayuda
económica y lo privó de la libertad de buscar mejores oportunidades en otros
lugares.
Sin embargo, los costos acarreados por estas leyes sobrepasaron la
capacidad del Estado. En 1834 se promulgó la Enmienda a la Ley de Pobres, la
cual transformó la asistencia parroquial en regional y nacional.
Por esta nueva
Ley se prohibían los auxilios a domicilio y en dinero a los indigentes que
fuesen aptos para trabajar, éstos para obtener la ayuda, deberían ingresar a
las casas de trabajo (work houses). Esta Ley fue duramente criticada porque
favoreció el éxodo rural y dio una mayor cantidad de mano de obra a la
industria, lo que deprimió los salarios, pues los obreros preferían cualquier
tipo de trabajo o salario antes que ingresar a los asilos denominados Bastillas
de los Pobres.
Al final, estas leyes de ayuda a los pobres se vieron envueltas en un
mar de instituciones burocráticas y perdieron su efectividad.
La Revolución de 1789 eliminó la ayuda religiosa y se limitó a abolir
la pobreza por decreto sin crear un medio efectivo de ayuda a los necesitados.
Napoleón I, después de 1800, restableció las congregaciones religiosas
que ayudaban a los indigentes, creó una organización municipal que contribuyó a
darles socorro y reabrió los correccionales cerrados durante la época
revolucionaria.
El caso de Alemania es similar, con el añadido de un valioso aporte,
el sistema Elberfeld, como medio para organizar la ayuda. Por medio de éste, se
garantizaba una cuidadosa investigación de las necesidades del peticionario, al
mismo tiempo que el máximo de economía en el aparato administrativo, ya que los
cargos de visitadores eran gratuitos y obligatorios. Este sistema fue copiado
por otros países de Europa y América.
Es interesante señalar que estas leyes de beneficencia tuvieron un
mayor desarrollo en los países protestantes, ya que en los países donde
predominaba el catolicismo, la Iglesia constituyó un factor determinante de
ayuda a los indigentes, pudiendo el Estado eludir esta responsabilidad. Estas
leyes fueron perdiendo vigencia en la medida que el capitalismo reglamentario
fue desarrollando un sistema efectivo de protección social.
Leyes laborales.
La denominada legislación laboral constituyó una de las primeras
derrotas al liberalismo económico, se puede decir que fueron promulgadas por
una extraña combinación de sentimientos humanitarios, rivalidades políticas e
intereses económicos; más la presión ejercida por el creciente proletariado.
Los liberales se oponían a todo tipo de legislación. Se apoyaban en
los escritos de Adam Smith, David Ricardo, Thomas Malthus y James Stuart Mill,
para quienes la actividad económica debería regirse por un mercado libre sin
ningún tipo de intervención estatal, sin embargo, poco a poco, se fueron
aprobando un conjunto de leyes a fin de favorecer a los trabajadores.
La legislación laboral fue fragmentaria y poco sistemática, ya que
quienes la propugnaban no eran teóricos o ideólogos, sino personas que querían
encontrar una solución práctica e inmediata al problema social. Entre los
dirigentes más conocidos podemos señalar: en Inglaterra a Robert Owen y el
Conde de Shaftesbury; en Francia a Villeneuve-Bargemont y Napoleón III y, en
Prusia, al general von Horn.
Las leyes laborales en Europa
continental fueron más generales y amplias que las inglesas; la preocupación
fundamental fue la de regular el trabajo de los niños "aprendices"; y
más tarde, con mayores objeciones, el de las mujeres; con respecto al trabajo
de los hombres adultos, la legislación fue bastante pobre hasta vísperas de la
Primera Guerra Mundial.
Transcribimos a continuación los cuadros elaborados por H.E.
Friedlaender y J. Oser en su Historia económica de Europa, resumen las principales leyes laborales durante nuestro período de estudio.
En
Inglaterra.
1802. Limita el trabajo de aprendices
indigentes a 12 horas diarias sin trabajo nocturno. Incumplida.
1819 Prohíbe emplear niños menores de 9 años en las
manufacturas de algodón: Jornadas de 12 horas para los niños de 9 a 16 años. Incumplida.
1833. Prohíbe
el trabajo de menores de 9 años en industrias textiles. Semana de 48 a 69 horas
para menores de 18 años, sin trabajo nocturno. Primera inspección gubernativa
de las fábricas. Pena por incumplimiento de la ley: 1 a 20 libras de multa.
1842. Prohíbe
el trabajo en las minas a menores de 10 años. Semana de 36 horas para niños de
10 a 13 años. Excluye de las minas a las mujeres.
1847. Jornada
de 10 horas para jóvenes y mujeres.
1862. Preferencia
al pago de salarios, dando prioridad a éstos en caso de quiebra.
1874. Prohíbe
el trabajo de niños menores de 10 años en las fábricas de tejido.
1901. Eleva
a 11 años la edad mínima de los niños
que trabajen en fábricas. Prohíbe trabajar en domingo a niños y mujeres.
1908. Jornada
de 8 horas para los mineros. Primera reglamentación del trabajo de adultos.
1909. Faculta
al gobierno a fijar salarios mínimos.
En Francia:
1813. Prohíbe
el trabajo de menores de 10 años en las minas. Incumplida.
1841. Prohíbe
el trabajo de menores de 8 años en fábricas de más de 20 trabajadores. Jornada
de 8 a 12 horas para jóvenes hasta de 16 años. Prohíbe el trabajo nocturno a
menores de 11 años. Incumplida.
1848. Jornada
de 10 horas para menores de 14 años. Incumplida.
1874. Prohíbe
el trabajo en las fábricas a menores de 12 años. Prohíbe el trabajo nocturno y
los domingos. Primer sistema de inspección gubernativa.
1892. Eleva
la edad mínima para trabajar en las fábricas a 13 años, y extiende a las
mujeres las disposiciones de la ley de 1874. Limita
a 11 horas diarias el trabajo de los adultos, si en la misma fábrica trabajan
mujeres y niños.
1900. Jornada
de 10 horas para mujeres y niños y para los hombres si trabajan con mujeres y
niños.
1905. Jornada
de 8 horas para los mineros.
1906. Descanso
dominical obligatorio para todos los trabajadores.
1910. Prohibición
de pagos de jornales en especie.
En Alemania, Austria y otros países la legislación laboral siguió el
modelo francés. En los Estados Unidos, esta legislación tuvo su mayor avance hacia
mediados del siglo XX, por lo que escapa a los límites cronológicos de este
trabajo.
Para finalizar, merece la pena mencionar que tanto Alemania como
Francia, en vísperas de la Primera Guerra Mundial, habían elaborado códigos de
trabajo que sistematizaban las leyes vigentes.
Seguro Social.
Otro de los aspectos en los que se evidencia la
intervención del Estado es en la creación del seguro social.
Esta protección podía obtenerse por medio de asociaciones voluntarias
o por medio de la intervención del Estado.
La primera en desarrollarse fue la forma privada o voluntaria, la cual
se basaba en las sociedades de socorros mutuos francesas, que tuvieron su
origen en los gremios medievales. Más tarde, en Prusia, en el siglo XVI,
aparecieron las "cajas" de los mineros.
Las asociaciones, en general, fueron inestables y, debido a las
frecuentes quiebras, se generó una fuerte desconfianza, por lo que el Estado
tuvo que intervenir.
Otto von Bismark |
En Alemania, durante la época del Canciller Bismarck, se tomó la
iniciativa en materia de seguro social. La idea de un régimen obligatorio de
seguro social había sido sostenida por la Escuela Histórica de Economistas
Alemanes representada, entre otros por Roscher, Wagner y Schmoller. Bismarck la
hizo realidad mediante la promulgación de las leyes de seguro contra la
enfermedad (1883); ley de seguro contra accidentes (1884), ley de seguro contra
la incapacidad para el trabajo y vejez (1889).
En 1911 todas estas leyes se unificaron en el primer código de
legislación social. El seguro del paro obrero fue promulgado en 1927.
El motivo principal de Bismarck era apartar a los obreros alemanes de
las nacientes ideas socialistas, demostrándoles que el Estado podía ser un
benefactor antes que un enemigo y que, al igual que los soldados, los obreros
significaban una parte importante en el desarrollo de la sociedad y tenían
derecho a la seguridad al terminar su trabajo.
En el caso de Inglaterra, el seguro social del Estado tenía el mismo
aspecto fragmentario y poco sistemático que la legislación industrial. En 1908,
casi 20 años después de iniciada su discusión, se aprobó un plan de pensiones
para la vejez y, en 1911 se promulgó la ley del seguro contra enfermedad
(Natural Insurance Act). Hasta la Primera Guerra Mundial, las sociedades
privadas de socorros mutuos complementaron, con un relativo éxito, las
actividades del Estado.
En Francia, en 1905 se iniciaron los subsidios del gobierno para el
seguro voluntario; en 1908 se aprobó la primera ley de seguros por accidente;
y en 1910 se promulgó la ley de
pensiones para la vejez.
En Italia se tomaron, previsiones similares, sólo se excluyó la
atención médica gratuita; hacia 1912 se promulgaron las leyes que establecían
la nacionalización de los seguros de vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta esta entrada...